Los hilos velados de la urdimbre: Territorios, de J. Cortázar

Publicado

2014-11-10

DOI:

https://doi.org/10.13138/2037-7037/1043

Autores/as

  • Graciela Ricci unimc

Resumen

El siguiente trabajo, tal vez algo ambicioso en su pretensión de abarcar varios campos, se propone conectar la perspectiva humanística con la científica a través del abordaje a Territorios: último libro no narrativo de Julio Cortázar. El escritor argentino habia vislumbrado ya desde pequeño que existía una dimensión diferente de la vida que iba más allá de la percepción ordinaria de las cosas, y se insinuaba en las fisuras de lo cotidiano. Haber comprendido ese misterio lo alejó de sus coetáneos y lo condenó desde la infancia a la soledad de los que no se resignan a adaptarse a la simple rutina cotidiana. Toda la obra de Cortázar se despliega a partir de esa percepción diferente de la realidad. Como se ha escrito en abundancia sobre su obra narrativa, este trabajo dedica su atención a Territorios, libro muy en sintonía con el tema de este simposio. Publicado en 1978, Territorios está compuesto por diecisiete Prólogos dedicados a obras de diferentes artistas latinoamericanos y europeos pertenecientes al campo de la pintura, la escultura, la danza, la poesía y la fotografía. El enfoque trata de mostrar cómo, a través de un contenido impregnado de metáforas muy cortazianas, las páginas de Territorios son en realidad una autobiografía escondida que pone al descubierto el puer aeternus de Cortázar. El libro, sumamente heterogéneo, está tejido con textos de no fácil clasificación que ofrecen una clave interesante para comprender la obra y las motivaciones más recónditas del escritor argentino quien, con su mente visionaria, se adelanta en muchos años -sin saberlo- a los descubrimientos actuales de la ciencia. Precisamente en relación con la capacidad visionaria cortaziana, la ponencia se extiende a aspectos más generales que abrazan los enfoques analógicos no solamente en el arte sino también en la naturaleza y en la ciencia y, teniendo presente los grandes problemas que hoy asolan el planeta, propone la urgente necesidad de una convergencia entre pensamiento analógico y pensamiento científico.